Podríamos haber elegido cualquier otra carrera, hay miles de ellas. Podríamos habernos otorgado el placer de esforzarnos algo menos a la hora de estudiar, pues se dedica mucho tiempo en esta profesión; pero ¿y la satisfacción? No hay satisfacción más gratificante que la de ayudar a los que están a nuestro alrededor. El bienestar que nos supone el acostarnos por la noche habiendo ayudado a las personas que lo necesitan es lo que realmente nos hace felices, y por lo que no podríamos dejar de estudiar enfermería, a pesar de los obstáculos que se nos presenten.
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